El control de estabilidad detecta cualquier pérdida de tracción o deslizamiento en las ruedas mediante sensores en todo el coche. Si el sistema detecta que el coche está derrapando o a punto de perder el control, interviene ajustando la potencia del motor y aplicando frenos de manera selectiva en cada rueda. Estas acciones automatizadas ayudan a estabilizar el coche y evitar accidentes.
El sistema ESP ayuda a otros sistemas
Este sistema de seguridad es muy completo, ya que supervisa la gran parte de la seguridad del vehículo y a su vez complementa otros sistemas:
ABS
El sistema ESP, y el sistema de frenos ABS, Antibloqueo de Frenos, trabajan juntos para mejorar la seguridad en la conducción. Aunque cada uno tenga funciones distintas acaban coincidiendo en el mismo mecanismo. Mientras el ABS actúa principalmente durante el frenado, el ESP interviene en situaciones donde la estabilidad del coche está en riesgo, tanto en curvas como en situaciones de deslizamiento. Si se sincronizan ambos sistemas se consigue un mayor control en situaciones adversas. Son interdependientes, ya que tienen que asegurar que el coche frene sin bloquear las ruedas y a su vez mantenga la trayectoria correcta durante el giro o maniobra.
Control de tracción
El control de estabilidad y el control de tracción, TCS, trabajan a la vez para mejorar la seguridad y el control del vehículo. Cuando el vehículo pierde el control o patina sobre la carretera se activa el control de tracción, reduciendo la potencia del motor y frenando las ruedas que pierden adherencia. Mientras el vehículo va consiguiendo una aceleración más controlada y se va reduciendo la velocidad, el control de estabilidad mantiene la trayectoria del vehículo. Ambos frenan las ruedas específicas que estás fallando y ajustan la potencia del motor. Ambos sistemas se complementan, ya que el TCS evita el deslizamiento en aceleración y el sistema ESP asegura la estabilidad general del vehículo.
¿El control de estabilidad es obligatorio tenerlo?
En la Unión Europea lleva siendo obligatorio desde hace más de 10 años. No todos los coches lo llevan integrado, sobre todo los más antiguos. Este sistema se empezó a integrar con obligatoriedad en todos los coches a partir de 2012. Por lo tanto, los coches fabricados antes de esas fechas o en regiones donde no es obligatorio pueden no estar equipados con este sistema. Aunque, hoy en día, la gran mayoría de los coches nuevos, tanto de gama baja como alta, vienen con el sistema ESP de serie debido a su eficacia en la prevención de accidentes. En vehículos más antiguos, el ESP podría estar disponible solo en modelos de gama alta.
¿En qué situaciones se puede desconectar?
Por lo general, el sistema ESP debe estar siempre activado para garantizar la seguridad al conducir. Aunque, hay algunas situaciones específicas en las que se recomienda desconectarlo:
- En un terreno con mucha nieve o barro. En estas superficies donde se requiere mucha fuerza y potencia, la actividad automática del control de estabilidad podría sobrecargar el sistema. Es mejor desconectarlo para que las ruedas giren con mayor libertad y puedas hacer maniobras más forzosas sin desgastar el sistema.
- Conducción deportiva o en pista. En un circuito de carreras algunos conductores experimentados prefieren desactivarlo para tener ellos más control sobre el coche y actuar independientemente.
- Atascos. Al intentar salir de un atolladero o al forzar el coche a bajas velocidades, el ESP puede reducir la potencia. Desactivarlo temporalmente puede facilitar la maniobra.
Testigo Esp encendido
Cuando el testigo ESP se enciende en el cuadro de instrumentos, puede indicar dos situaciones:
- Intervención del sistema. Si el testigo parpadea momentáneamente, significa que el sistema ESP está activado y ha intervenido para corregir la trayectoria del vehículo. Esto ocurre cuando detecta una pérdida de tracción o un derrape, ajustando los frenos y la potencia del motor para estabilizar el coche.
- Fallo del sistema. Si el testigo permanece encendido de forma continua, indica que hay un problema con el control de estabilidad. Esto indica que está fallando o no está funcionando correctamente, aumentando así el riesgo de pérdida de control. Es recomendable llevar el coche a un taller para su revisión.